domingo, 9 de marzo de 2008

El entuerto de la joven viuda.

Hace ya, bastantes años, escribí esta guión para un concurso radófónico que pretendía dedicar un espacio a los personajes del Quijote. Nunca lo mandé: con cariño para ustedes:
Narrador:Galopaban campo a través, Don Quijote y Sancho Panza, carta en mano el caballero. Acudían a toda priesa a enderezar el entuerto de una joven y fermosa viuda de alta alcurnia, llamada: Martina Fernandez del Valle.
Llegados al castillo de tan alta señora, que bien hubiera podido pasar por reina, ésta, entre llantos y sollozos les contó:
Por desgracia, valeroso caballero, ha dos años quedé viuda, más desde entonces.Oh!, se me aparece el espectro de mi difunto esposo, de manera tan real, que desde su falta, he dado a luz, dos veces, cual cosa, no logramos en vida de él.
Ahora, Martina, sin sollozos, pero suplicante:Aunque valeroso caballero, el hecho que me impulsa a pedir su don, es la descomunal mala fama, que sin hacer más que cumplir con mis deberes de esposa, voy alcanzando:Me derriban los comentarios de las esposas del lugar!Me intimidan las miradas deseosas de sus maridos, y eso.
Vuelven los sollozos de Martina: sin tener yo más culpa que la de cumplir con mis deberes matrimoniales, y no pudiéndolos reprimir, por imaginarios qu estos sean. Y vuestra merced,oh!, valeroso caballero!, también ha de saber, ya que se arriesgará por salvar mi buen nombre, que en tanta soledad como hay en mi alcoba, desde mi fatídica desgracia, le recibo con los brazos abiertos y anhelo.Oh!, me es tan grato recibirle!.Más no!.No puedo seguir así. Ayúdeme, caballero de la Triste Figura, dando total reposo, a mi vigoroso, malogrado, difunto, espectro y amado esposo.
Sancho Panza:Bien haríamos en hacer reposar para siempre al fantasma, si mi señor tuviera algún poder sobre ellos.
Don Quijote:Que poco sabes, Sancho, y que sandío eres,bien se yo, que en un caso como tal, , ha de protegernosmi sabio amigo y mago.
Quedaremos escondidos y quietos esta misma noche en la alcoba de tan alta señora, a la espera de tan vigoroso espectro marital,-subiendo el tono de voz amenazante-, y yo mesmo, le pediré en persona que descanse para siempre, o, habrá de vérselas conmigo!.
Narrador:En la ténue madrugada, yacía plácidamente la joven viuda, cuando Don Quijote y Sancho panza, escondidos tras las cortinas, oyeron unos pasos en dirección al lecho de tan alta dama. -Clok!Clok!. Asomó la cabeza Don Quijote para contemplar con sus incrédulos ojos, aun espectro barbudo, que más parecía un hombre de carne y hueso, colocándose una máscara blanca, casi al tiempo que se sentaba sobre el lecho de tan alta dama, y mientras la acariciaba, le decía con voz de ultratumba:
Espectro: No te desveles joven esposa mía.Voy a amarte como nunca lo hice en vida.
Narrador:Salieron de su escondite Don Quijote y sancho panza.-No con poco estruendo, tropezando, con muebles, jarrones, espejos,pam!crusch!crcs!catacrac!- . Arremetieron el valeroso caballero y Sancho Panza contra el espectro a puñadas. Mientras, la joven viuda, no fingía su desmayo, al descubrir, al barbudo posadero del lugar.
Más que afligidas, siguieron las estériles noches de Martina Fernández del Valle, hasta su prematura vejez, una vez enderezado el entuerto.

2 comentarios:

Obnebur dijo...

..y si, a veces más vale vivir engañao que enterarse de la sacrosanta verdad.Y esto va especialmente a los que defienden la sinceridad a rajatabla y sin discusión (siempre desconfié de ellos)

Rosa Mª Prat dijo...

Sí, aquel que buscaba la verdad se encontró con la nada