
Jo, he tenido un alumbramiento tardío:"No valía la pena haber hecho el ridículo". Siempre por detrás de los hechos que me implican, sólo hasta que me llegan al cuello y me aprietan no me doy cuenta de que no puedo respirar. De que me ahogo, y a veces mis mejores sueños se ahogan conmigo. He muerto, y ellos conmigo.
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